Al hablar de manga, nuestra mente no tiene que hacer un esfuerzo demasiado grande para relacionar a Osamu Tezuka con los inicios del comic japonés. Su nombre quedará para siempre ligado a la historia por ser el responsable del auge del comic japonés desde mediados de la década de 1940 e iniciar la carrera imparable de un medio que se ha convertido en una industria sin precedentes en el país nipón.
El concepto actual de manga le debe mucho al Maestro Tezuka. Sin embargo no podemos obviar a aquellos artistas japoneses de principios del pasado siglo. En la década de 1900s encontramos los primeros pasos de la que más tarde se convertiría en una de las mayores industrias Japón.
En el lejano 1902 un olvidado mangaka, Rakuten Kitazawa, firmaba su primera obra: Tagosaku to Mokube no Tokyo-Kebutsu (Tagosaku y Mokube visitan Tokyo). Atrás quedaban los alabados cuadernos, bocetos y apuntes de Hokusai y llegaba el manga moderno.
Kitazawa, había empezado su periplo artístico substituyendo la pintura tradicional (aprendida en sus años de formación artística) por la caricatura. Fueron precisamente las caricaturas las que le sirvieron para empezar a publicar en la revista Box of Curios.Era el año 1895 y Rakuten, era el único integrante de la publicación cuyo origen no era occidental.
Años más tarde decidió que era el momento de cambiar de rumbo y de esta forma aterriza en el periódico Jiji Shimpo en el que semana tras semana tiene la oportunidad de poner su firma debajo de unas hasta ahora, poco vistas en Japón, tiras cómicas que se asemejaban y seguían los patrones de los dominicales y semanarios estadounidenses. De esta manera tan intrascendente a ojos de los editores comenzaba la transición de la tira cómica al manga actual.
Fue precisamente en el periódico Jiji Shimpo donde este cambio de estilo, concepto y formato se comenzó a fraguar, y fue, como no, Rakuten Kitazawa, el que inició este cambio con aquella obra de la que hablamos unos párrafo arriba: Tagosaku to Mokube no Tokyo-Kebutsu (Tagosaku y Mokube visitan Tokyo).A través de los ojos de los protagonistas, llegados a Tokyo desde el rural japonés, las situaciones comicas se suceden ya que las actitudes y las formas de actuar en un ambiente tan urbanita como el tokiota no se corresponden con las del medio rural. De este modo Kitazawa, introduce en el manga el componente social y porque no, también político que años atrás había marcado su obra en los años de Box of Curios.La pluma del uno de los pioneros, no se quedó sin tinta después de esta primera obra y a esta le siguieron Haikara Kidoro no Sippai, Chabe to Dekobo.
Tres años después del éxito de sus mangas publicados en el dominical de Jiji Shimpo, el mangaka decide fundar Tokyo Puck.La revista intenta seguir la línea editorial de la americana Puck.A lo largo de sus páginas experimentó con la comicidad haciendo que la lectura y los mensajes que se transmitían en las diferentes obras fueran entendidas de una u otra manera dependiendo del lector y su edad. La crítica social, la política y la actualidad eran una carga explosiva llena de recursos que aprovechó sin lugar a dudas la publicación, que llegó a ser muy conocida y lo que es más importante, muy leída, no sólo por los japoneses, también por chinos, taiwaneses, coreanos y países de habla inglesa, ya que además de la edición puramente enfocada para los lectores nipones, se lanzaban al mercado grandes tiradas de la Puk, traducidas a los idiomas de los países antes citados. Editor y dibujante, lanzó publicaciones alternativas como la Rakuten Puck. Sin duda alguna con la creación de estas dos revistas y varias publicaciones más, el mangaka que aparentemente empezó siendo un dibujante más de caricaturas, había cambiado el rumbo de la historia con sus ilustraciones. Japón había empezado a ver el mundo con otros ojos, los ojos y el poder del manga.
Este es el primero de tres artrículos dedicados a Rakuten Kitazawa, considerado el primer mangaka de la era moderna